La psicología del color se puede describir como el estudio de cómo los colores afectan nuestro estado de ánimo y sentimientos. Cuando miramos diferentes colores, se desencadenan diferentes señales psicológicas. Nos sentimos cada vez más relajados en un invernadero lleno de plantas. En las oficinas con colores más cálidos como el marrón y el dorado, la gente se siente más cálida, en las oficinas con colores más claros como el azul claro o el blanco, la gente se siente más fresca. Realmente no hay cambios de temperatura causados por estos colores, pero aún pueden afectar la percepción de quienes los experimentan.
Un experimento científico ayuda a demostrar mejor la psicología del color: dos grupos de estudio recibieron pastillas para dormir a cada uno. La única diferencia fue que a un grupo se le dio una «píldora azul» mientras que a otro se le dio una «píldora rosa». El 72% de los que tomaban la píldora azul informaron sentirse somnolientos en comparación con solo el 32% de los que tomaban la píldora rosa. Esto podría deberse a que el azul evoca calma y serenidad y está asociado con el agua y la paz.
Del mismo modo, el análisis de mercado ha demostrado que casi el 84,7% de las personas que compran habitualmente quieren elegir un producto en función de su color. El 93% de los compradores también observa la apariencia visual, mientras que el 6% observa más de cerca la textura. Por ello, cada vez son más las marcas que tienen en cuenta la psicología del color y desarrollan sus productos en base a este hecho. UPS es una de esas empresas que quiere presentarse como una «confiabilidad sensata», por lo que eligieron el marrón como el color de su marca.
Aplicación de la psicología del color en la vida cotidiana.
Está claro que la psicología del color y su uso en nuestro entorno pueden mejorar nuestras emociones y estado de ánimo. Algunos lugares nos hacen sentir negativos, mientras que otros pueden hacernos más felices, tranquilos y productivos. Los colores también tienen un impacto directo en nuestra salud. El color rojo, por ejemplo, evoca emociones fuertes y los restaurantes lo utilizan a menudo para abrir el apetito de sus clientes. Asimismo, el amarillo es el primer color al que reaccionará un bebé. El amarillo en las contraventanas de las ventanas puede ayudar a atraer la atención de los compradores. El color también promueve la conversación y estimula los sistemas mental y nervioso.
La psicología del color se diferencia principalmente en dos categorías de colores: colores cálidos y fríos. Los colores más cálidos estimulan la ira, la hostilidad y la comodidad y calidez. Los colores más fríos, en cambio, transmiten una sensación de tristeza, pero también de calma. Todos los colores fríos, como el verde y el azul, son suaves para los músculos oculares y facilitan la relajación. El azul crea un sentido de confianza y seguridad en la mente de los consumidores con respecto a una marca. El púrpura asociado con el Chakra de la Corona (los meridianos del flujo de energía en el cuerpo) puede ayudarlo a sentirse más creativo y hacer fluir esos jugos imaginativos.
La psicología del color se puede utilizar en la vida cotidiana cuando está repintando sus habitaciones o incluso tomando una decisión sobre los productos. Estimular en exceso los sentidos con colores más cálidos puede ser perjudicial para la productividad, ya que los trabajadores se ponen tensos por el aumento de la presión arterial. Asimismo, los colores poco estimulantes pueden distraer a los trabajadores o hacer que se sientan un poco aburridos.
Conclusión
Se ha reflexionado mucho sobre la ubicación y el uso de la psicología del color en los entornos laborales y de vida, ya que tiene un impacto directo en el bienestar físico y mental.
Entonces, la próxima vez que desee pintar una pared de su dormitorio, piense, por ejemplo, en cómo le afectará la pintura. Si quieres dormir bien, probablemente deberías evitar el rojo excitante y optar por un azul relajante.